Me hace gracia porque siempre es la misma respuesta , año tras año.
Es curioso pero el umbral del dolor es diferente en cada persona. Pero en los niños con TEA es mas complicado todavía.
José Luis en concreto cuando se pone malito nunca le sube la fiebre,no muestra los mismos síntomas que podemos mostrar nosotros.
Puede estar con las amigdalas como huevos de grandes , ves que no puede comer , no tiene ganas de moverse , se pasa el día llorando y no pasar de 37 Cº. Vas al pediatra y no tiene ni idea de qué hacer con tú hijo.
Puede ser un virus, espera 48 horas y si sigue con los mismos síntomas vuelves a consulta. Pasado los días vuelves y más de lo mismo.
Acabas con tal desesperación que no sabes que hacer.
Al final te vuelves una experta en síntomas y enfermedades.....
Es curioso pero es así, te conviertes en doctora porque a la larga siempre aciertas más que los propios médicos.
Con esto no quiero decir que los médicos no sepan tratar a nuestros hijos porque a José Luis en el Hospital de G.M. siempre le han tratado bastante bien , con mucho cariño y muy rápido.
La cuestión es que como los síntomas no se muestran tal y como esperamos pues es muy difícil de diagnosticar una simple amigdalitis o una gastroenteritis.
Es complicado para ellos el poder identificar como se sienten , el malestar general y el dolor les causa mucha ansiedad y añade el no saber como decirte cómo se sienten y porque.
Tengo el ejemplo de Adrián esta semana ha estado malito con una otitis , en cuanto notó el dolor me dijo "mamá me duele el oído". Sin embargo José Luis lleva dos semanas malito y aún no sabemos qué es lo que ha tenido.
Lo pasamos mal todos al ver que se encuentra mal y no podemos hacer otra cosa que esperar a ver que sucede para averigüar que es lo que ha tenido .
Ahora al menos te señala donde le duele cuando le preguntas " ¿Jose Luis donde tienes la pupa? Te coge tú mano y te lleva hasta donde le duele . Es un gran paso ya que antes no señalaba, simplemente lloraba y gritaba.
Cuando tiene fiebre se lo notamos porque se tumba en el sofá y se queda muy quieto. Los ojos los notas muy brillantes y está temblando de frío, y el termómetro no pasa de 37,5 Cº, sin embargo le tocas y te arde la mano .
En fin va pasando el tiempo y ya conoces los síntomas y antes de llegar a la consulta ya sabes que es lo que tiene y directamente se lo dices al pediatra para que te haga la receta.
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