viernes, 27 de septiembre de 2013

APREDIENDO A VESTIRME SOLO

Desde hace casi un año estamos intentando aprender a vestirnos solitos.
Vamos poco a poco pero sin dormirnos en el camino.

Lo primero que hice , siempre asesorada por profesionales, son  unos pictos de todas las prendas de vestir .
Hacer una secuencia :


 
Empecé enseñándole los pictos . 
Cuando nombraba la prenda le cogía de su mano , la señalaba y le ayudaba a cogerla.
 Al principio se enfadaba y mucho.
Cada vez que se enfadaba parábamos y esperaba a que se tranquilizara para volver a intentarlo. Muchos días tenía que dejarlo porque se mostraba tan nervioso que no podíamos seguir trabajando. 
Pero lo retomábamos al día siguiente. Así durante semanas....
Poco a poco fue entrando en la rutina empezó por señalar la prenda cuando yo la nombraba .
Los enfados fueron disminuyendo aunque aún seguían apareciendo.
En poco tiempo  pasó a  señalar el picto correspondiente y a mirar la prenda que había señalado.
El siguiente paso ha sido empezar a vestirse, lógicamente con ayuda, cada vez tiene más autonomía y se desenvuelve mejor.
Hoy por hoy ya sabe ponerse los calzoncillos, pantalones y zapatillas....aún necesita ayuda pero está trabajando mucho y poco a poco lo está consiguiendo.
Lógicamente hemos pasado por muchos altibajos ya que José Luis tiene mucha rigidez y le cuesta aceptar cambios.
 
Estamos muy lejos de nuestra meta pero despacito y con buena letra se consigue todo.
 
Estoy bastante animada y sé que mientras estemos trabajando con paciencia sacaremos cosas positivas.
Siempre hay que ver el lado positivo del trabajo que hacemos con nuestros hijos porque ante todo tenemos que tener claro que cada uno tiene un ritmo diferente.
Pero con trabajo y mucho amor todos llegaran hasta donde se lo propongan.

domingo, 22 de septiembre de 2013

MIRAR CARA A CARA AL AUTISMO

Quiero dejar claro que lo que reflejo aquí es cómo me sentí yo al conocer el diagnóstico de José Luis y en ningún momento quiere decir que todos nos sintamos igual y actuemos de la misma manera.

Recuerdo su carita nada más nacer, esa mirada fija en mí sin llorar ,su olor , y su sonrisa.....
José Luis era y es un niño muy simpático. Apenas lloraba , sólo cuando quería comer, estaba sucio , lo típico en un bebé.
Pero echando la vista atrás recuerdo esos detalles que en aquel entonces pasaban desapercibidos y ahora..... Después de haber tenido a Adrián te das cuenta de que el autismo ya estaba ahí.
Su mirada siempre ha sido diferente, desde que tenía un mes no nos miraba a la cara , ni se giraba cuando  escuchaba tu voz. Pero sin embargo siempre tenía una sonrisa cuando te acercabas a él para cogerle y si le tenías frente a frente sí te respondía a los estímulos.
Te imitaba cuando le hacías pedorretas, estornudabas...

Los juguetes para José Luis no tenían sentido, no le gustaban, solo hacía caso a los juguetes que tuviesen música y luces.

Desde los cuatro meses empezamos a decirle a la pediatra que notábamos cosas raras, en su mirada, en la forma de coger las cosas ....  pero ella nos decía que el desarrollo del niño estaba dentro de lo que se esperaba en su edad.
Teníamos que esperar  , revisión de los seis meses, dentro de lo establecido , lenguaje, respuesta a estímulos, pero yo veía algo diferente.
Revisión de nueve meses, más de lo mismo, aumenta el lenguaje y responde a los estímulos. Yo le insistía que notaba algo en su mirada y en su forma de actuar.
La pediatra nunca me preguntó si al niño le gustaban los juguetes o si se giraba cuando escuchaba su nombre. El se entretenía con un periódico o con vídeos musicales. Le encantaba su cuna de viaje se podía pasar el día entero corriendo de un extremo a otro.
Si le sacabas  lloraba sin cesar hasta que le volvías a dejar en la cuna.

Fue pasando el tiempo y llegamos al año, catorce meses, ahí empezaron las rabietas ... respuesta del pediatra es normal en su edad, no le atiendas ante las rabietas.....

Dieciocho meses no aumentaba el lenguaje, las rabietas aumentaban y empecé a notar que perdía destreza en autonomía, coger cuchara para comer, vaso, etc.

Entre tanto nos plantamos en los veinte meses , nace Adrián . José Luis se aisla por completo su carácter cambia, se vuelve arisco y se enfada por todo , no soporta la presencia de su hermano. Comento situación con pediatra y me dice que es muy pequeño para diagnosticar una hiperactividad que lo mas seguro que esta situación cambie cuando acepte la llegada de su hermano.

Decido que empiece en la guardería y al poco tiempo la profesora me ofrece que el orientador vea a José Luis. Yo estaba deseando que alguien viera a José Luis ya que sabía que algo ocurría.

No tardó en reunirse conmigo y decirme que de momento había detectado en el niño un leve retraso madurativo pero que debían descartar algo más.
Me sentí perdida, lo único que tenía eran un dolor en el pecho que me faltaba hasta el aire. Necesitaba respuestas y las necesitaba ya.
Con ese mismo informe fui a la pediatra y le pedí que me derivara al psicólogo.
En ese mismo momento se dio cuenta de el error que había cometido durante todo este tiempo al no percatarse de los síntomas que ya daba José Luis desde que era un bebé.

Nos plantamos en lo veintisiete meses y después de muchas sesiones en la consulta de Psiquiatria infantil me hablan de un tets, M-CHAT y de dos items positivos con lo cual no podían dar un diagnostico cerrado.

RETRASO MADURATIVO MODERADO Y POSIBLE TGD NO ESPECIFICADO

Todo me sonaba a chino....
 DE QUE ME ESTABAN HABLANDO?
Gracias a que las doctoras de José Luis me explicaron que significaba dicho test  me comentaron que no podían asegurarme que José Luis tuviera autismo ya que en los test que le realizaron no estaba claro así que debíamos esperar.

A partir de ese momento sentí un alivio bastante grande por que por fin había alguien que me escuchaba cuando le decía que mi niño era especial.

En casa siempre hemos visto esos síntomas que tanto se habla pero no queríamos hablar de ello. José prefería estar ciego y no permitía que le dijera nada sobre José Luis. Estuve así hasta durante meses, me sentía muy sola porque no podía compartir el miedo que sentía al tener que enfrentarme a una vida que desconocía por completo. Un día nos llamaron para hablar con el orientador de la guardería ,José tuvo que escuchar lo que no quería, que su hijo tenía un trastorno del desarrollo grave y que hoy por hoy no había cura para ello.

José se hundió, se encerró en sí mismo y no quería hablar conmigo, sola otra vez .
 Esta situación a mí me hizo tener más fuerzas y ganas de saber más acerca de lo que le ocurría a mi niño. Solo quería compreder que le ocurría , como se sentía ante situaciones que para mí eran completamente inofensivas y al parecer para mí hijo eran una tortura.

Para mí lo más duro no fue el diagnostico sino el no saber como acercarme a mi hijo, el sentir que estábamos juntos pero tan lejos a la vez.

Solo tenía ganas de gritar, gritar y gritar......

Me centré en trabajar para poder estar cerca de José Luis y disfrutar de la vida con él.
José aún no acaba de aceptar por completo el autismo de José Luis pero le apoya y le ayuda en todo. Es su ojito derecho y le consiente todo lo que le pida. No puede decirle que no es superior a él. Ahora cuando habla de su campeón ,al menos no acaba llorando, ha aprendido a disfrutar de su niño sin más. Aunque sigue sin poder enfrentarse a los médicos y a ciertas situaciones de José Luis.
Pero poco a poco hemos aprendido a mirar de frente al autismo ,
 
con muchas ganas de seguir aprendiendo ......

El miedo que recorre nuestro corazón es que será de nuestro niño cuando nosotros no estemos aquí para ayudarle.....

Miedo, esa es la palabra para definir como me siento cada dia al pensar en el futuro de Jose Luis.

                                   











sábado, 14 de septiembre de 2013

LAS EMOCIONES

Vamos a tratar de explicar las emociones en un niño con TEA  , espero acercarme un poco a la realidad por que es complicado.

Nosotros podemos distinguir nuestras emociones , controlarlas y las emociones de la persona que tenemos delante solo con el gesto de su cara, una simple mirada, el tono de voz.... etc.

Un niño con TEA le cuesta entender las emociones, las suyas como las de los demás.
Tengo que decir que por desgracia hay gente que piensa que" viven aislados en su mundo" y yo les preguntó "¿qué mundo?" la ignorancia es la peor de las enfermedades porque la persona que lo sufre hace daño sin saber.
 Aún recuerdo cuando una señora mayor me dijo "tu hijo es autista, verdad. Que lástima", "¿ LASTIMA DE QUÉ?" le pregunté , le dije que si sabía algo sobre autismo y no supo contestar, solo le dije que lástima me daba a mí la gente ignorante que juzga sin conocer  lo que habla.

EMOCIONES.....

Los padres nos convertimos en controladores de emociones, tienes que mantener la sonrisa aunque solo tengas ganas de llorar por que tienes a otro peque al que no le puedes defraudar ya que también te necesita.

Volviendo a las emociones de nuestros niños. Sienten las emociones como cualquier persona, lógicamente, pero les cuesta identificarlas. Lo que esto provoca es que las vivan con mucha intensidad y no puedan controlarlas.

José Luis cuando era más pequeño no tenía control sobre sus emociones, hoy por hoy aún estamos trabajando con ello, se reía y llegaba a tal intensidad que acababa vomitando. No sabía como pararlo.

Cuando sentía miedo, se enfadaba y autoagredía . Y cuando se enfadaba no sabía como parar y acababa agotado.
Aún le pasa cuando se enfada, no es tan frecuente pero sigue sin controlarlo.

Lo mismo ocurre con tus emociones, gestos , miradas.... no puedes estar diez minutos regañándolo por algo que ha hecho ya que  por mucho que hables y gesticules no va a comprender qué ha hecho mal.

Tienes que ser directa y breve. Las charlas y debates déjalos para otro momento.
Tenemos muchas maneras de trabajar las emociones , tableros , pictogramas, fotos, etc.

Yo empecé con fotos reales mías y de José Luis. Esto se lo tengo que agradecer a Beatriz que me enseñó como tenía que hacerlo.
Eran muy simples , enfadados y contentos. Cuando se enfadaba le mostraba la fotos l,o acompañaba de una explicación muy breve," José Luis está enfadado" y lo único que conseguía era un empujón y que gritara más fuerte.
Lo mismo cuando estaba contento, aunque en esta situación no me puedo quejar por que lo pasamos genial.

Con el tiempo he trabajado las emociones sin imágenes solo de manera verbal. Hay muchos sitios donde vas que  no te puedes llevar todo lo que quisieras.
Y ahora estoy dando paso a los pictogramas y está respondiendo muy bien.
Esto es cuestión de insistir y no rendirse. Aún estamos al comienzo de un largo camino pero cada paso que damos es un triunfo y te da ánimos para seguir con más fuerzas.

 Nuestros niños muestran sus emociones y las muestran como cualquier niño. ¿Que haces tú cuando estas contento? y ¿ Cuando estás enfadado? . Piénsalo detenidamente.
 Observa a la gente y verás que hay muchas reacciones y muchas te parecerán exageradas o fuera de contexto.

Hay personas , hablo de adultos y niños, que no saben controlar sus emociones, por cualquier cosa montan en cólera y dan un espectáculo. Muchos utilizan la violencia como algo normal para conseguir lo que quieren, y  ¿eso es normal en esta sociedad?.

Hablamos de emociones , su comprensión y control . Resulta gracioso ya que  la gran  mayoría de las  personas no sabemos como controlarlas.
Da que pensar verdad......
         






martes, 3 de septiembre de 2013

INTEGRADORES SOCIALES EN LOS COLEGIOS PUBLICOS

http://www.change.org/es/peticiones/los-ni%C3%B1os-con-autismo-de-la-comunidad-de-madrid-se-quedan-sin-integradores-sociales-en-los-colegios-p%C3%BAblicos


Simplemente quiero dar mi apoyo a esta petición

domingo, 1 de septiembre de 2013

QUE TE PEDIRIA SI PUDIERA....( ANGEL RIVIERE)

Ayúdame a comprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura, y no caos.
No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Siempre podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.
No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son “aire” que no pesa para ti, pero pueden ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces no son la mejor manera de relacionarte conmigo.
Como otros niños, como otros adultos, necesito compartir el placer y me gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber, de algún modo, cuando he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando tengo demasiados fallos me sucede lo que a ti: me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.
Necesito más orden del que tú necesitas, más predictibilidad en el medio que la que tú requieres. Tenemos que negociar mis rituales para convivir.
Me resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me piden que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.
No me invadas excesivamente. A veces, las personas sois demasiado imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme solo.
Lo que hago no es contra ti. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo o me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que me 
pides, no estoy tratando de hacerte daño. ¿Ya que tengo un problema de intenciones, no me atribuyas malas intenciones!
Mi desarrollo no es absurdo, aunque no sea fácil de entender. Tiene su propia lógica y muchas de las conductas que llamáis “alteradas” son formas de enfrentar el mundo desde mi especial forma de ser y percibir. Haz un esfuerzo por comprenderme.
Las otras personas sois demasiado complicadas. Mi mundo no es complejo y cerrado, sino simple. Aunque te parezca extraño lo que te digo, mi mundo es tan abierto, tan sin tapujos ni mentiras, tan ingenuamente expuesto a los demás, que resulta difícil penetrar en él. No vivo en una “fortaleza vacía”, sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible. Tengo mucha menos complicación que las personas que os consideráis normales.
No me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. No tienes que hacerte tú autista para ayudarme. El autista soy yo, no tú!
No sólo soy autista. También soy un niño, un adolescente, o un adulto. Comparto muchas cosas de los niños, adolescentes o adultos a los que llamáis “normales”. Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.
Merece la pena vivir conmigo. Puedo darte tantas satisfacciones como otras personas, aunque no sean las mismas. Puede llegar un momento en tu vida en que yo, que soy autista, sea tu mayor y mejor compañía.
No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.
Ni mis padres ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos a otros. A veces, mis reacciones y conductas pueden ser difíciles de comprender o afrontar, pero no es por culpa de nadie. La idea de “culpa” no produce más que sufrimiento en relación con mi problema.
No me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, pero no me des ayuda de más.
No tienes que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir con una persona autista. A mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas. Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor. Piensa que tu pareja tampoco tiene culpa de lo que me pasa.
Ayúdame con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarme, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como sometido a un peso insoportable. En mi vida, he tenido momentos malos, pero puedo estar cada vez mejor.
Acéptame como soy. No condiciones tu aceptación a que deje de ser autista. Sé optimista sin hacerte “novelas”. Mi situación normalmente mejora, aunque por ahora no tenga curación.
Aunque me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso algunas ventajas en comparación con los que os decís “normales”. Me cuesta comunicarme, pero no suelo engañar. No comprendo las sutilezas sociales, pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos tan frecuentes en la vida social. Mi vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo aquello que más me cuesta. Ser autista es un modo de ser, aunque no sea el normal. Mi vida como autista puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya “normal”. En esas vidas, podemos llegar a encontrarnos y compartir muchas experiencias.


Angel Riviere, especialista español en autismo de fama mundial (1949-2000), describío los siguientes puntos a tener en cuenta cuando tratemos con personas con esta enfermedad.