domingo, 1 de marzo de 2015

DESCUBRIENDO SENSACIONES

Recuerdo perfectamente la primera vez que fuimos con José Luis a la nieve. Fue bastante mal.

Para José Luis ponerse el gorro y los guantes es sufrir. No soporta nada en la cabeza ni en las manos.

Nosotros nunca nos damos por vencido porque sabemos que nuestros niños necesitan más tiempo para acostumbrarse a las situaciones nuevas.

Tengo que reconocerlo , no estuvimos muy acertados el primer día que subimos. Hacía aire y había mucha gente. Se agobió bastante nada más salir del coche pero al menos conseguimos dar un paseo corto. Volvimos al coche y mientras papa y Adrián disfrutaban con el trineo nosotros estuvimos comiendo patatas y doritos.

Para comer nos fuimos al telepizza porque les encanta . Después de todo lo mal que lo pasó en su primer día de nieve acabó disfrutando de su pizza .

Una vez en casa y valorando todo lo que había agobiado a José Luis decidimos no rendirnos.
Este año compramos pantalones , botas , gorro y trineo.....Preparados y a por ello.

Cuando subimos la segunda vez fue todo un combate cuerpo a cuerpo para poder ponerle los pantalones y las botas. Una vez conseguido me tocaba convencerle para salir del coche.

Y ahora me quedaba lo más complicado, hacerle entender que la nieve no hacía daño que era divertida.

Me acuerdo de su cara cuando sintió la nieve al pisarla, era entre miedo y asco.

Le ofrecí un poco de nieve para que la tocara y me decía " no muy mal". Le cogí de su mano y fuimos dando saltitos en la nieve. Poco a poco fue relajándose y empezó a reírse , volví a coger un poco de nieve y  POR FIN LA TOCÓ!!!!!!!!!!!!!!!!!!.

Sus ojos se  hicieron grandes y comenzó a soltar carcajadas. Nos tiramos al suelo cogimos nieve y la lanzamos . Fue algo mágico ver como disfrutaba y jugaba.

Por supuesto después nos fuimos a comer al telepizza.

Viendo lo mucho que había disfrutado decidimos no dejarlo.

ayer mismo volvimos a ir a la sierra y esta vez  cuando vio los pantalones comenzó a reírse y a dar saltos dentro del coche porque quería vestirse él primero.

Salió del coche y lo primero que hizo fue tirarse y rodar por la nieve mientras se partía de risa.

Se subió al trineo y se lanzó sin importarle su gorro, sus guates y sus botas.


Desde luego ha merecido la pena y estas cosas me dan mucha fuerza para no rendirme nunca.